Arnulfo Trejo, precursor de la educación bibliotecológica para minorías sociales latinas
Arnulfo Trejo, forerunner of library education for Latino social minorities
Universidad Nacional Autónoma de México, México
fmeneses001@yahoo.com.mx ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2080-2962
Meneses-Tello, Felipe. Arnulfo Trejo, precursor de la educación bibliotecológica para minorías sociales latinas. REBECIN, São Paulo, v. 10, p. 01-46, 2023. DOI: 10.24208/rebecin.v10.357
Arnulfo D. Trejo (1922-2002) fue un bibliotecario profesional mexicanoamericano. Su quehacer como profesor universitario en los campos de la biblioteconomía y la bibliotecología son plenamente reconocidos en los Estados Unidos, empero no en Iberoamérica. En efecto, el magisterio de este bibliotecario universitario en el campo de la biblioteconomía en general y de la biblioteconomía latina en particular, proyecta aspiraciones, ideas y prácticas con visión fundacional, innovadora y reformista. El interés de este maestro por la educación bibliotecaria en México se analiza a través de su tesis de maestría que presentó en la Universidad Estatal de Kent, trabajo académico desconocido en nuestro país. Por el contrario, el quehacer de este profesor emérito de la Universidad Arizona es valorado como insigne en el marco de la enseñanza de la biblioteconomía, especialmente en el trabajo docente de la biblioteconomía dedicado a formar bibliotecarios para servir a diferentes minorías sociales, tales como personas de origen hispano, latino y chicano en el contexto estadounidense. Asimismo, se menciona el libro que en su honor se publicó con motivo de su jubilación como docente en la Universidad de Arizona. Se analiza también el influjo que ha tenido la Fundación Trejo Foster para la Educación Bibliotecaria Hispana, una organización que él fundó con el objetivo de patrocinar programas educativos con la intención de atender necesidades las comunidades de ascendencia hispana.
Arnulfo D. Trejo (1922-2002) was a Mexican-American professional librarian. His work as a university professor in the fields of librarianship and library science are fully recognized in the United States, but not in Ibero-America. Indeed, the teaching of this university librarian in the field of librarianship in general and Latin librarianship in particular, projects aspirations, ideas and practices with a founding, innovative and reformist vision. This teacher's interest in library education in Mexico is analyzed
through his master's thesis presented at Kent State University. Unknown academic writing in our country. By contrast, the work of this professor emeritus of the University of Arizona is valued as distinguished in the framework of librarianship teaching, especially in the teaching work of library science, dedicated to training librarians to serve different social minorities, such as people of Hispanic, Latino, and Chicano origin in the
U.S. context. Likewise, the book that was published in his honor on the occasion of his retirement as a professor at the University of Arizona is mentioned. The influence of the Trejo Foster Foundation for Hispanic Library Education, an organization he founded with the aim of sponsoring educational programs with the intention of meeting the needs of communities of Hispanic heritage, is also discussed.
Arnulfo D. Trejo (1922-2002) foi um bibliotecário profissional mexicano- americano. Seu trabalho como professor universitário nas áreas de biblioteconomia é amplamente reconhecido nos Estados Unidos, mas não na Ibero-America. Com efeito, o ensino deste bibliotecário universitário no campo da biblioteconomia em geral e da biblioteconomia latina em particular projeta aspirações, ideias e práticas com uma visão fundacional, inovadora e reformista. O interesse desse professor pela educação bibliotecária no México é analisado através de sua dissertação de mestrado que apresentou na Kent State University, trabalho acadêmico desconhecido em nosso país. Pelo contrário, o trabalho deste professor emérito da Universidade do Arizona é valorizado como notável no âmbito da educação em biblioteconomia, especialmente no trabalho de ensino de biblioteconomia dedicado à formação de bibliotecários para atender diferentes minorias sociais, como pessoas de origem hispânica , origem latina e chicana no contexto dos EUA. Menciona-se também o livro que foi publicado em sua homenagem por ocasião de sua aposentadoria como professor da Universidade do Arizona. Também analisa a influência que teve a Trejo Foster Foundation for Hispanic Library Education, uma
organização que ele fundou com o objetivo de patrocinar programas educacionais com a intenção de atender às necessidades das comunidades de ascendência hispânica.
Arnulfo Trejo durante su vida profesional se ocupó de grandes asuntos, entre los que se pueden destacar los siguientes: 1] creó y proporcionó servicios bibliotecarios para comunidades hispanohablantes, 2] formó personal bibliotecario hispano para servir a estos grupos sociales y 3] facilitó la disponibilidad de libros publicados en español para ser adquiridos en las bibliotecas estadounidenses. La presente investigación se circunscribe al trabajo que desarrolló como precursor de la educación bibliotecológica, tanto en México como en los Estados Unidos. Si bien él se preocupó y ocupó por pensar y actuar de manera relevante para favorecer la formación académica de los profesionales a desempeñarse en las instituciones bibliotecarias del país del norte, también manifestó interés especial por esta educación para el caso de México. Así que su magisterio no solamente es parte de la biblioteconomía estadounidense, sino también del contexto mexicano. Por tal motivo, sus aspiraciones, ideas y prácticas, con carácter fundante, innovador y reformista, deben ser reconocidas en ambos países y proyectarse en todo el mundo hispano/latino.
En Estados Unidos, esta labor del profesor Trejo ya es parte importante de la historia de la biblioteconomía/bibliotecología de esa nación. En México y en otras latitudes todavía falta hacer patente este reconocimiento, pues este profesional mexicanoamericano también
practicó la enseñanza de la disciplina en México y su pensamiento de inclusión social teórico-práctico puede ser de interés para otros países de la región. Más aún, para obtener el grado de maestro en bibliotecología en los Estados Unidos, escribió su tesis en la que planteó un plan de estudios integral para formar, en nuestro país, personal bibliotecario profesional con grado de maestría. Trabajo recepcional que ha pasado inadvertido en México en materia de historia de la enseñanza-aprendizaje de estas disciplinas. Es decir, su empeño por formar cuadros profesionales en el campo de la biblioteconomía/bibliotecología ha sido y es plenamente reconocido en la Unión Americana, pero prácticamente ignoto en México y en el resto de Iberoamérica. En efecto, como profesor universitario es valorado, en el contexto estadounidense, como un insigne docente de la biblioteconomía hispana/latina/chicana; como un reformador social en el campo de la disciplina (library science) y la profesión (librarianship)1; como una figura vanguardista que ideó relevantes proyectos, programas, planes y actividades para hacer funcionar mejor las bibliotecas al servicio de las minorías sociales, especialmente para las diversas comunidades hispanas/latinas/chicanas, radicadas en los Estados Unidos.
De modo que el objetivo de este trabajo es dar a conocer, entre la comunidad bibliotecaria de Iberoamérica, en general, y en México en particular, el quehacer docente de aquel profesional para que no continúe pasando desapercibido o ignorado en esta región y siga así siendo tema
1 En el marco de estas disciplinas, nuestro personaje también emprendió trabajo bibliográfico. Prueba son sus publicaciones: Bibliografía comentada sobre administración de negocios y disciplinas conexas; con un directorio descriptivo de algunas instituciones importantes en la especialidad. Con la colaboración de Erlinda Chávez Barriga. Prólogo de Alan B. Coleman (Reading, Mass., Addison-Wesley Pub. Co., 1967), 232 p.; Bibliografía Chicana: a guide to information sources (Detroit: Gale Research Co., 1975), 193 p. Más aún, destacó como bibliógrafo de acervos latinoamericanos entre 1966-1968, e impartió cursos de bibliografía latinoamericana en 1970 en la University of Arizona.
de estudio y análisis desde diferentes perspectivas. Cabe mencionar que el presente discurso se ilustra con material fotográfico, el cual sirve como testimonio imprescindible para conocer mejor su vida y obra de este profesional de la biblioteconomía latina.
Arnulfo Trejo nació el 15 de agosto de 1922 en Villa Vicente Guerrero, población de la entidad norteña de Durango, México; y falleció en Tucson, Arizona, el 5 de julio de 2002. Sus restos descansan en el Evergreen Memorial Park (también conocido como Evergreen Cemetery), Tucson, Pima County, Arizona.
En 1949 Arnulfo Trejo obtuvo la licenciatura en educación en la Universidad de Arizona; en 1951 concluyó la Maestría en Lengua y Literatura Españolas en el Mexico City College2, obteniendo el título con la tesis Vocablos y modismos del español en Arizona; en 1953 logró concluir la Maestría en Bibliotecología en la Kent State University con la tesis A survey of Mexican libraries with a suggested program of training for librarianship. La aprobación de la tesis de grado fue firmada por el máximo órgano de gobierno de esa universidad (The Board of Trustees): John M. Goudeau, tutor de la tesis y profesor asociado de bibliotecología; John B. Nicholson, bibliotecario universitario y director del Departamento de Bibliotecología; Raymond M. Clark, decano de la Escuela de Posgrado; y George A. Bowman, presidente de la Universidad Estatal de Kent. El conocimiento que obtuvo sobre biblioteconomía durante sus estudios de posgrado en la Universidad de Kent no se limitó a la teoría, sino que lo complementó con la observación de la práctica bibliotecaria que entonces
2 Esta institución educativa en 1963 cambió a Universidad de la Américas.
se llevaba a cabo en varias bibliotecas estadounidenses (Librarian returns after earning […], 1953, p. 4).
Después de obtener el grado de maestría, se dedicó a cursar el doctorado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, por lo que en 1959 recibió el Doctorado en Letras (con la distinción Cum laude - Con honores) por esta máxima casa de estudios. Para tal efecto, escribió la tesis Una contribución al estudio del léxico de la delincuencia en México, documento disponible en acceso abierto en TESIUNAM. Su tema de su tesis doctoral le permitió continuar abundando al respecto, de modo que en 1968 la editorial UTEHA publicó su Diccionario etimológico latino-americano del léxico de la delincuencia. Trabajo que refleja el interés de Trejo por el argot de los delincuentes que recogió de barrios, penitenciarías y centros correccionales de menores.
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Como se hará notar, entre sus proyectos de vida académica destaca el inherente a la formación de personal bibliotecario profesional. Su interés por mejorar la educación bibliotecaria en México, durante la década de los cincuenta en el siglo XX, es quizá la parte menos conocida de su obra. Por esto resulta pertinente y relevante detallar el trabajo que llevó a cabo con especial atención, precisamente cuando él valoró que el desarrollo de la práctica bibliotecaria en nuestro país dejaba mucho que desear. Modernizar la enseñanza de la biblioteconomía mexicana apuntaba, según sus ideas, a procurar un mayor acercamiento de los libros al pueblo para así potenciar la vida democrática del país. Punto de vista indudablemente vanguardista, es decir, visión con un espíritu de impulsar cambios en el ámbito cultural bibliotecario de esos tiempos. Para tal efecto, pensó en un nuevo perfil de educación biblioteconómica, mismo que permitiese encauzar en México la concepción de una biblioteconomía renovada y transformadora. A continuación, se detalla este asunto.
Con base en su tesis de grado, A survey of Mexican libraries with a suggested program of training for librarianship3, es posible percibir el valor que Arnulfo Trejo apreció en torno a la educación bibliotecaria en México. A su juicio, la biblioteconomía mexicana estaba, a mediados del siglo pasado, aún en sus inicios. En tanto, la bibliotecología, en ese contexto nacional, era una de las disciplinas que hasta entonces había tenido un lento desarrollo, que aún estaba en etapa embrionaria. Acorde con una breve historia que delineó del desarrollo bibliotecario en México, percibió
3 Esta tesis se localiza en la Kent State University, donde Arnulfo Trejo estudió la maestría en bibliotecología. Para fines de la presente investigación, este documento académico se logró consultar mediante préstamo interbibliotecario.
que los procesos y las políticas que prevalecían en ese ámbito eran, en la mayoría de los casos, anticuados u obsoletos. Tanto en la educación como en la práctica bibliotecaria, acentuó que el énfasis se había puesto “en meras técnicas en lugar del aspecto teórico y filosófico de la biblioteconomía”; era tiempo, pues, que los bibliotecarios dejaran de ser solo “oficinistas glorificados o simples guardianes de libros” (Trejo, 1953, p. 23). Así que reconoció el problema referente a la escasez que existía de personal bibliotecario calificado. Esta problemática había ocasionado que el pueblo de México no lograra, a su modo de ver la situación, satisfacer su deseo de leer libros y tener pleno acceso a bibliotecas con acervos y servicios apropiados, a pesar del notorio incremento de la población alfabetizada. En este sentido, afirmó que “los ciudadanos mexicanos carecen en algunos casos de la oportunidad de autoeducación que brinda el acceso gratuito a libros y bibliotecas” (Trejo, 1953, p. 2). Por todo esto, se debía “cambiar el patrón de educación para la biblioteconomía en México” (Trejo, 1953, p. 23).
En general, esa fue la justificación que argumentó en esa tesis, cuyo objetivo fue sugerir un programa tentativo para formar profesionales en el campo de la biblioteconomía en México. Un programa educativo que permitiera contar en el futuro con un gremio bibliotecario capaz de tener una visión más amplia de servicio dirigido a personas y comunidades; un plan de estudios de bibliotecología con el fin de preparar profesionales competentes para crear y desarrollar bibliotecas modernas, así como para entender los libros y los materiales de la biblioteca en términos de las necesidades e intereses de los individuos y de la población (Trejo, 1953, p. 3) Si en ese tiempo apenas tenía ocho años de estar funcionando la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía, pues se creó el 20 de julio de 1945; y el Colegio de Biblioteconomía y Archivonomía en la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México aún no existía, dado que se fundó hasta 1956, el tema tratado por Arnulfo Trejo en su tesis de maestría se torna relevante en el marco histórico de la educación bibliotecaria en México. Empero, esta aportación de aquel profesional de la bibliotecología/biblioteconomía ha sido desconocida hasta la fecha entre quienes han mostrado cierto interés por investigar este tema educativo desde una perspectiva histórica y teórica.
La noción de diversidad poblacional, en cuanto al marco de la práctica bibliotecaria en México, en el pensamiento de Trejo comenzó a evidenciarse en ese escrito académico de maestría. Se trata de un somero acercamiento a la inclusión de las minorías que observó de los grupos de población en nuestro país. Contexto social que el personal bibliotecario no podía ni debía pasar inadvertido en el momento de administrar servicios de biblioteca. Al respecto afirmó: “La biblioteconomía mexicana, entonces, demanda un cuerpo de trabajadores que comprenda a los heterogéneos grupos poblacionales” (Trejo, 1953, p. 26). De modo que para él la diversificación de grupos sociales tenía que ser motivo de inclusión de las poblaciones heterogéneas, característica esencial de México; así como fundamento para pensar en la necesidad de formar profesionales de biblioteca sensibles ante una sociedad culturalmente diferente. Esta situación sugería apoyar, desde la perspectiva bibliotecaria, la vida democrática de la nación. Y una manera de hacerlo era permitir, a esa población culturalmente diversa, el acceso libre y gratuito a los libros.
En este sentido, expresó: “El servicio de biblioteca es un reflejo del entusiasmo del bibliotecario que se entrega libremente, aplicando principios gentiles y democráticos, para acercar los libros a la gente” (Trejo, 1953, p. 28); por lo que reafirmó que “lo importante es iniciar la instrucción en los nuevos principios y métodos de la biblioteconomía, a fin de que los ciudadanos mexicanos puedan tener un servicio bibliotecario más eficiente y democrático” (Trejo, 1953, p. 42). En este orden de ideas, expresó: “La responsabilidad de tal programa recaerá en un cuerpo de bibliotecarios, quienes, a través de su comprensión del concepto moderno de biblioteconomía, harán de estas bibliotecas agencias funcionales de un país democrático” (Trejo, 1953, p. 22). Observamos que su noción de
«servicio bibliotecario democrático» estaba estrechamente relacionado con su concepto de «país democrático». Es decir, bibliotecas para un contexto en donde el movimiento político de la democracia aún estaba en ciernes.
Si la democracia como forma de vida estaba en fase de gestación, los servicios bibliotecarios con carácter democrático podrían ayudar a superar la etapa germinal, siempre y cuando los bibliotecarios, educadores y funcionarios gubernamentales cooperaran para tal efecto. Temática a todas luces vanguardista para el caso de México, pues todavía pasarían varias décadas para que la relación que existe entre «bibliotecas y democracia» fuese tema de estudio e investigación en las escuelas mexicanas de bibliotecología, biblioteconomía y ciencia de la información. Sus puntos de vista sobre el servicio democrático de biblioteca, con el paso de los años los continuó matizando, transmitiendo y practicando con especial énfasis más allá de nuestras fronteras para favorecer a “nuestra gente” que había decidido migrar al país del norte.
Así, a través del contenido de su tesis de maestría, procuró “por hacer las recomendaciones más adecuadas” que creyó en esos tiempos eran “imperativas para el futuro desarrollo de la biblioteconomía mexicana” (Trejo, 1953, p. 43). En este sentido, fue enfático al señalar “que los bibliotecarios mexicanos que deseen y estén dispuestos a trabajar para desarrollar la biblioteconomía y todo lo que ella representa, deben considerar las propuestas hechas en el trabajo, o sustituirlas por otras propuestas que estimen mejores” (Trejo, 1953, p. 42). El plan de estudios en bibliotecología que sugirió estuvo basado en el método de la observación, la correspondencia con colegas mexicanos y el análisis de la literatura referente a varios estudios sobre educación bibliotecológica que se habían llevado a cabo en diferentes países. Al respecto afirmó:
Como asistente en una de las bibliotecas de la Ciudad de México y luego estudiante de posgrado en bibliotecología en los Estados Unidos, el autor ha tenido la oportunidad de observar varias bibliotecas y su servicio en ambos países. Por lo tanto, muchas de las ideas y soluciones sugeridas aquí se basan en la observación personal, la correspondencia con bibliotecarios mexicanos y una lectura considerable sobre el servicio bibliotecario tal como se ha desarrollado en los Estados Unidos y México. A fin de formular un plan de estudios de educación bibliotecaria para México, el autor también ha examinado los diversos estudios que se han hecho sobre educación bibliotecaria en los Estados Unidos y en otros países (Trejo, 1953, p. 3).
Según el parecer del maestro Arnulfo Trejo, era preciso superar las ideas que habían conceptuado a las bibliotecas más como lugares de conservación de las colecciones que como espacios de servicios para la comunidad. Para tal efecto, era necesario modernizar la educación bibliotecaria en México a tal grado de generar pensamientos innovadores entre las nuevas generaciones de profesionales de la bibliotecología. Más
aún, era menester practicar un nuevo perfil filosófico con perspectiva biblioteconómica que permitiese impulsar el uso de las bibliotecas formalmente abiertas a toda la población y aquellas cuyo fin esencial era colaborar con la educación básica, como las bibliotecas públicas y escolares. Y de este modo, contribuir a crear servicios bibliotecarios modernos, en atención a las necesidades sociales de las comunidades lectoras y estudiantiles. Es decir:
Para erradicar el concepto prevaleciente de bibliotecas como almacenes de materiales, de interés sólo para el académico, México necesita desarrollar aún más sus instalaciones de bibliotecas públicas y escolares. Pero antes de que estas puedan desarrollarse en interés del lector general y del estudiante, es necesario adoptar una nueva filosofía de la biblioteconomía. Una que no considerará la biblioteca simplemente como un edificio de conservación de materiales sino como una institución cuyos fines sean interpretar y estimular su uso (Trejo, 1953, p. 21-22).
El plan de estudios, formulado por don Arnulfo Trejo en su tesis para obtener el grado de maestro en bibliotecología, tuvo la pretensión de encauzar en México la concepción de una biblioteconomía que propiciara la innovación, y favoreciera así una práctica profesional eficiente, misma que permitiera desarrollar bibliotecas renovadas para crear un servicio bibliotecario que apoyara, como se ha dicho, el perfil democrático de la nación mexicana. En cierto sentido, para él la modernización de la educación bibliotecaria debía ajustarse a la necesidad de relacionar la creación, el desarrollo y la consolidación de instituciones bibliotecarias con la democracia como forma de vida. Desde este punto de vista, se aproximó al contorno de contar con el personal bibliotecario idóneo para colaborar en la construcción de una ciudadanía ilustrada, formada e informada. Elemento central que consideró en un contexto en donde la democracia estaba aún en sus inicios de desarrollo. Para tal efecto, el
servicio de biblioteca debía evolucionar, debía producirse la transformación de las bibliotecas como espacios de conservación a bibliotecas como instituciones sociales plenas para promover el estudio y la consulta, es decir, para fomentar su utilización más allá de la esfera privilegiada por antonomasia, como la académica.
Además de sugerir el propósito de la escuela, la admisión de estudiantes, la preparación de educación media superior, el título otorgado, el programa de estudios para el título profesional, las metas y los objetivos, expuso el elemento fundamental: el plan de estudios. Para tal efecto, la gama de asignaturas la organizó en dos grupos: cursos fundamentales y cursos electivos. En el primero incluyó cuatro materias eje, a saber:
Catalogación y Clasificación. Teorías, principios y método de clasificación, catalogación y asignación de encabezamientos de materia a libros y otros materiales.
Selección de Libros. Principios de selección de libros, evaluación de libros, revisión de editores y series, en términos de la comunidad y los intereses y las necesidades de los lectores.
Administración de la Biblioteca. Antecedentes legales, funciones y normas de servicio y procedimientos administrativos en las bibliotecas.
Referencia y Bibliografía. Examen y evaluación de herramientas básicas de referencia y materiales de investigación de las principales áreas temáticas (Trejo, 1953, p. 35).
En el segundo grupo consideró nueve materias optativas:
Biblioteca y Comunidad. Estudio de la comunidad en relación con la biblioteca, y el uso de libros y otros materiales de biblioteca en el desarrollo de la comunidad.
Seminario de Historia de las Bibliotecas. Estudio del desarrollo de las bibliotecas desde la época colonial hasta el presente. Se consideran las condiciones generales de las
bibliotecas y los problemas existentes en la biblioteconomía en México y en el extranjero.
Medios de Comunicación. Estudio de la prensa, radio, cine, grabaciones y otros medios de comunicación de la sociedad moderna, y el uso que hace la biblioteca de tales materiales en su programa educativo.
Literatura Infantil. Lectura y discusión de libros infantiles de todos los niveles escritos y traducidos en español, creando interés en el desarrollo y promoción de dicha literatura.
Introducción al Servicio de Biblioteca para Niños. La filosofía, organización y administración del departamento infantil en la biblioteca pública, junto con el análisis de su relación con otras agencias sociales en la comunidad.
Edificios y Construcción de Bibliotecas. Estudio de los edificios bibliotecarios más conocidos, sus aspectos funcionales y sus ventajas e inconvenientes.
Literatura de Ciencias Sociales. Sondeo y evaluación de material impreso y no libros en el campo de las ciencias sociales y las humanidades. (Para ser impartido en colaboración con el Departamento de Ciencias Sociales de la escuela)
Literatura de la Ciencia. Sondeo y evaluación de material impreso y no libros de ciencias. (Para ser impartido en colaboración con el Departamento de Ciencias de la escuela)
Métodos de Investigación. Involucra los principios de investigación aplicables a los problemas de la biblioteconomía (Trejo, 1953, p. 36-37).
Como se puede observar, Trejo proyectó un plan de estudios integral a través de ambos grupos de asignaturas. Así, el conocimiento técnico, para lograr una eficaz práctica bibliotecaria, lo complementó mediante la enseñanza-aprendizaje de materias que aludían a contextos históricos, sociales y culturales sobre el desarrollo del quehacer bibliotecario, tanto en entornos nacionales como internacionales. El perfil bibliográfico, en diversos campos, estuvo también patente en su propuesta educativa en bibliotecología/biblioteconomía. Más aún, no pasó por alto la relevante materia para adquirir el conocimiento idóneo sobre metodología de la investigación, inherente a temas relacionados con la disciplina del profesional de la biblioteca. La propuesta del maestro Trejo no era para formar personal bibliotecario especializado en alguna de
ramas bibliotecológicas, sino el de preparar académicamente a profesionales con un conocimiento general de la disciplina. Al respecto aclaró: “El plan de estudios, sin embargo, no se aplicará específicamente a la bibliotecología universitaria, escolar, pública o especial, sino que dirigirá su atención al generalista, cuya formación puede adaptarse a la situación bibliotecaria particular”. (Trejo, 1953, p. 4.). Un plan de estudios que, pese al tiempo transcurrido, refleja una propuesta académica que no pierde validez. De una u otra manera, varias de esas asignaturas siguen, aunque bajo otros términos, vigentes en los actuales programas de enseñanza de la bibliotecología, biblioteconomía y ciencia de la información que se imparten en México y en otros países de la Iberoamericana.
Para mejorar la situación de la biblioteconomía mexicana, Trejo sugirió que su programa propuesto de educación bibliotecaria fuese incorporado en alguna de las universidades o instituciones de educación superior de México. A su parecer, esto ayudaría “a elevar los estándares profesionales de la biblioteconomía” (Trejo, 1953, p. 23) en nuestro país. Empero, no hay evidencia histórica que ese currículo propuesto haya sido tomado en cuenta para mejorar la educación bibliotecaria en nuestro entorno. Recordemos que cuatro años más tarde de haberse graduado Arnulfo Trejo de maestro en bibliotecología en la Universidad de Kent, en nuestro país se aprobó la carrera de Maestro en Biblioteconomía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, creándose así el Colegio de Biblioteconomía y Archivonomía en 1956. Si bien en el primer plan de estudios de ese plantel universitario se observan ciertas semejanzas con el propuesto por aquel profesional mexicanoamericano, no se tiene noticia que la sugerencia de él, planteada en su tesis de maestría, haya tenido alguna influencia en ese primer currículo de dicho Colegio. No obstante,
es probable que sí haya sido conocida la propuesta de Trejo en esos tiempos porque sus amigos y colegas mexicanos cercanos, entre ellos Pedro Zamora y Rafael Vélez, fueron parte del grupo de profesores fundadores de esa maestría en la mencionada Facultad (Perales, 1961, p. 12-13). Esos lazos amistosos nuestro personaje los expresó elocuentemente en los agradecimientos de sus tesis de maestría y doctorado.
Sin duda, la práctica bibliotecaria eficiente está estrechamente relacionada con el trabajo académico eficaz de la docencia, y a la inversa. En todo caso, reconozcamos que la labor docente siempre apunta hacia la mejora general del quehacer que lleva a cabo el personal encargado para hacer funcionar muy bien los sistemas bibliotecarios, parte del patrimonio bibliográfico de la nación. En este sentido, la figura docente de Arnulfo Trejo se nos presenta como un profesional pleno de la biblioteconomía, la bibliotecología y la ciencia de la información, pues su magisterio en torno a estas disciplinas lo ejerció con el conocimiento que adquirió tanto en las aulas universitarias como en las bibliotecas en las que colaboró y observó. La combinación magistral entre la teoría y la práctica, entre el texto y el contexto, entre el pensamiento y la acción de esas disciplinas, es un antecedente característico de su obra profesional que llevó a cabo con peculiar entusiasmo y compromiso, con espíritu de inclusión social.
A poco tiempo de haber obtenido el grado de maestro en biblioteconomía en los Estados Unidos, Arnulfo Trejo comenzó su trabajo docente en México. Así, en noviembre de 1953 Margaret Hall, entonces directora de Servicios de Extensión de la Biblioteca Benjamin Franklin, fue la instructora visitante en el Mexico City College para impartir el curso “Uso de Libros y Bibliotecas”, el cual era obligatorio para todos los estudiantes de primer año. Una sección de ese curso estuvo a cargo “de Arnulfo Trejo, Bibliotecario de referencia”. El programa general de instrucción en el uso de materiales bibliotecarios lo coordinó Alice Dugas, quien era en ese tiempo la directora de la Biblioteca del Mexico City College (Visiting librarian gives special research course, 1953, p. 3). Al respecto se afirmaría: “Mientras pone en uso su nueva capacitación trabajando para la expansión y el fortalecimiento del servicio de referencia en la biblioteca de la universidad, Trejo también estará enseñando una sección del curso en Uso de Libros y Bibliotecas para estudiantes de primer año”. Para el maestro Trejo ese curso era “de su importancia” pues señaló que “su valor para el alumno aumenta a lo largo de su carrera universitaria, ya que le ayuda a conocer, ubicar y utilizar inteligentemente los materiales de la biblioteca” (Librarian returns after earning, 1953, p. 4). El siguiente año, en agosto de 1954, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) organizó un curso de capacitación en Biblioteconomía. Las clases se impartieron en el recién construido edificio de la Biblioteca Central en Ciudad Universitaria. Ese curso fue impartido por las mañanas y tardes. El maestro Arnulfo Trejo estuvo a cargo de la asignatura “Organización y funcionamiento de bibliotecas”. Juan B. Iguíniz, Pedro Zamora y Tobías Chávez serían los otros profesores que impartieron las materias “Bibliología e Historia de las Bibliotecas”, “Catalogación”, y “Clasificación y Encabezamientos de Materia”
respectivamente. El propósito fue “poner al alcance de todos los empleados de bibliotecas universitarias, así como de los alumnos universitarios que lo deseen, una escuela profesional de Biblioteconomía que permita formar personal altamente calificado, mejor pagado y que dé un servicio uniforme en las bibliotecas generales, de escuela y de instituto”. (Breves, Gaceta de la Universidad, 1954, p. 4). Este es el antecedente más cercano tanto a su elocuente tesis de maestría como a la fundación del Colegio de Biblioteconomía y Archivonomía de la UNAM. Por esta cercanía temporal es probable que esos colegas mexicanos sí hayan consultado ese trabajo académico con el que obtuvo el grado Trejo en la Universidad de Kent. Empero, como se ha dicho, no se encontró evidencia histórica que su escrito de tesis haya tenido algún influjo directo en el plan de estudios inicial de ese Colegio. Lo único que sugiere pensar es que posiblemente sí influyó en tal sentido por algunas coincidencias que se observan entre ambos programas de estudio, pero este es una mera conjetura.
Trejo comenzó su carrera como bibliotecario en México en 1953; y en 1955 ocupó el puesto de bibliotecario de referencia en la University of California, Los Ángeles (UCLA), seguido de un período de cuatro años como asistente de bibliotecario universitario en California State College en Long Beach. También dirigió un tiempo la biblioteca de la Escuela de Administración de Negocios para Graduados de la Universidad de Stanford en Lima Perú. El conocimiento adquirido a través de la observación del trabajo que se llevaba a cabo en diferentes bibliotecas mexicanas y estadounidenses lo complementó con la práctica
bibliotecaria que realizó tanto en México como en los Estados Unidos. Una y otra forma de ese quehacer sin duda debió permitirle mayor adquisición de conocimientos teóricos y prácticos para continuar adelante con su labor de profesor universitario.
En efecto, a su regreso a los Estados Unidos trabajó, entre 1959 y 1963, como Profesor adjunto en la Escuela de Bibliotecología de la UCLA. La evidencia documental de que trabajó para esa entidad universitaria es la reseña bibliográfica que publicó de la obra bilingüe de referencia Technical dictionary of librarianship, English-Spanish (de Beatriz Massa de Gil, Ray Trautman y Peter Goy) en la revista American Documentation (1966, p. 49.); así como su artículo que publicó en el Boletín de la Unesco para las Bibliotecas (1966, p. 91-94), pues su filiación institucional que registró en ambas publicaciones fue la de la School of Library Service University of California at Los Ángeles. En 1968 se le otorgó una licencia de un año para laborar como consultor de la United States Agency for International Development (USAID) en Caracas, Venezuela. Las relaciones que estableció con instituciones bibliotecarias y académicas de América Latina le permitió desarrollar una de las colecciones más ricas de documentos latinoamericanos en los Estados Unidos.
Cuando retornó al país del norte su principal trayectoria docente sería en la Universidad de Arizona, en donde un tiempo impartió el curso de literatura mexicoamericana. Asimismo, fue miembro fundador de la Graduate Library School en esa universidad, donde comenzó a impartir cursos de bibliografía latinoamericana en 1970 (Arizona Archives Online, 1955-2001). Pero sería hasta mediados de la década de los sesenta que comenzó su trayectoria de catedrático en la Universidad de Arizona como: profesor asistente (1965-1966); profesor asociado de bibliotecología y
bibliógrafo de las Colecciones Latinoamericanas (1966-1968); profesor asociado de bibliotecología e inglés (1970-1975); profesor de bibliotecología (1975-1982); y hasta lograr el nombramiento de «professor emeritus». Al respecto él afirmaría: “Soy chicano, educado en la Universidad de Arizona y profesor de Bibliotecología en mi alma mater desde 1966” (TREJO, 1979, p. xv). Fue hasta 1984 cuando él, como profesor titular, se retiró de su labor docente que había venido realizando en la University of Arizona Graduate Library School. Desde entonces sus logros académicos y profesionales, con perspectiva de inclusión social, han sido ampliamente reconocidos en los Estados Unidos.
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Cuando Trejo en 1953 terminó sus estudios de Maestría en Bibliotecología en la Kent State University, Ohio, dijo: “Creo que no había más de tres bibliotecarios chicanos en el país” (Terrel, 1979). Posteriormente, cuando en 1965 comenzó su labor de profesor en la Universidad de Arizona, Trejo era uno de los cinco bibliotecarios hispanos
en los Estados Unidos (Yamashita, 2002, p. 7). A este problema, había que afrontar la práctica de la ideología que sostenía la superioridad de raza, esencia del movimiento radical de la extrema derecha de esa nación. En relación con ese fenómeno de supremacía blanca, presente en la práctica bibliotecaria, afirmó: “Las escuelas de bibliotecología también necesitarán desarrollar e implementar programas de reclutamiento bien organizados para atraer a estudiantes mexicoamericanos de alto nivel. Los pocos chicanos que ya están en la profesión han acusado, en los últimos años, de que la bibliotecología es una de las profesiones más racistas del país (Trejo, 1979, p. 183). Así que él se ocuparía por remediar esta situación. En efecto, como docente de la disciplina, el profesor universitario Arnulfo Trejo jugó un relevante papel en la creación de numerosos programas y oportunidades para los bibliotecarios hispanos/latinos/chicanos. Siendo profesor asociado de bibliotecología en la Universidad de Arizona, él expresó la necesidad de contar con el personal bibliotecario idóneo para asistir a usuarios de origen latino e incidir para que ese personal se comprometiese en el desarrollo de planes y proyectos que beneficiaran el funcionamiento de los servicios bibliotecarios para grupos oriundos de países hispanohablantes. Al respecto escribió:
Si los bibliotecarios están realmente interesados en llegar a los cubanos, mexicoamericanos y puertorriqueños, se deben diseñar e implementar programas bibliotecarios especiales para atender las necesidades específicas de cada uno de estos grupos. Para que estos programas tengan éxito, los bibliotecarios deberán estar mejor informados con respecto a estos lectores o lectores potenciales. Igual de importante es lograr que la persona de apellido español se involucre en los programas de la biblioteca en la medida en que ayude a planificar, implementar y, de hecho, participe en todos los niveles de responsabilidad (Trejo, 1969, p. 1078).
El servicio de biblioteca estadounidense en esos tiempos, inadecuado a todas luces para las minorías sociales latinas, estaba relacionado con otro problema mencionado anteriormente pero que cabe recalcar: la carencia de personal bibliotecario hispano/latino/chicano. Esto fue lo que le motivó al profesor Trejo por formar bibliotecarios latinos profesionales. En 1966, cuando comenzó a impartir clases en la University of Arizona Graduate Library School, Trejo era, como se ha dicho, uno de los pocos bibliotecarios hispanos en los Estados Unidos. Así que la educación bibliotecaria en ese país tenía que modificarse de acuerdo con las necesidades impuestas por los imperativos étnicos que predominaban, tal y como lo expresó en un artículo que publicó en la revista American Libraries (Trejo, 1977, p. 150-151). Así, la biblioteconomía en ese país comenzó a configurar un nuevo paradigma, el cual tenía que estar basado en la gestión de servicios bibliotecarios correspondientes a las necesidades sociales que caracterizaban el contexto etnográfico.
Conociendo ese déficit de personal, cabe destacar que en la University of Arizona Graduate School of Library and Information Science, Arnulfo Trejo estableció en 1975 el Graduate Library Institute for Spanish- Speaking Americans (GLISA), del cual fue director hasta 1979 (Jones, 2004, p. 105; Martínez, 1981, p. 158). El objetivo esencial fue formar y capacitar a bibliotecarios bilingües/biculturales y así servir a la creciente comunidad hispanohablante en los Estados Unidos. Durante los años que existió el GLISA, participó directamente en el reclutamiento de estudiantes
latinos para contribuir a su educación. Se tiene noticia que entre los años de 1976 y 1980 la educación bibliotecaria impartida en el GLISA permitió formar 54 bibliotecarios latinos (Güereña; Erazo, 1996, p. 77). Empero, más tarde se afirmó que el número de bibliotecarios con formación bilingüe/bicultural seguía siendo un mero puñado (García, 1984, p. 114). No obstante, se ha reconocido que el “programa tendría éxito en su misión de aumentar el número de latinos en la profesión bibliotecaria” (Dawson, 1990, p. 124).
En el Third Quarterly Report del GLISA, en su calidad de director Arnulfo Trejo informó que ese instituto “no tiene un programa estático”, por lo que “continuará mejorando a través de cambios constructivos, siendo modelo y conformado en lo que puede servir como prototipo o precursor de un programa permanente para la formación profesional de bibliotecarios hispanos en este país” (Trejo, 1979a, p. 11). Así que además de los cursos típicos (Basic reference; Organization, cataloging and classification of library materials; Selection of library materials; Trends in library services; Research methods; and Management), en el GLISA se impartieron asignaturas como: “Library services to ethnic minorities”; “Library services to the Spanish-speaking”; “Outreach: library service to special groups”; “The Spanish language and culture for Spanish-speaking librarians”; “Media and the Spanish-speaking”; “Information resources for the Spanish-speaking”. Cursos que tuvieron especial resonancia, pues esos, según informó Trejo en el Final GLISA IV Report, fueron diseñados con especial énfasis para complementar los cursos bibliotecarios tradicionales que entonces se brindaban para la habitual capacitación especializada; materias que no se impartían en ninguna otra escuela de bibliotecología/biblioteconomía de los Estados Unidos (Trejo, 1980, p. 4). Cursos que evidencian la orientación de estudiar para practicar el principio
de inclusión social en materia de servicios bibliotecarios para aquellas diversas minorías sociales latinas radicadas en los Estados Unidos.
En relación con el curso “Servicios de biblioteca para minorías étnicas”, el maestro Trejo (1977, p. 151) apuntó: “Este curso sirve como una introducción a la comprensión de los tres grupos étnicos principales en el suroeste: negros, chicanos y nativos americanos. A los estudiantes se les enseña sobre la cultura y los sistemas de valores de estos grupos a través de lecturas, debates en clase, excursiones a los barrios y reservas indígenas, charlas con los miembros de los grupos e investigación”. De modo que formar personal bibliotecario para atender minorías étnicas en ese país fue uno de los grandes méritos que se le reconoce a nuestro personaje. La perspectiva multicultural de ese curso estuvo centrada en lo que más tarde se pensó como el conocimiento de la etnicidad en la biblioteconomía, una manera de justificar la gestión de servicios bibliotecarios multiétnicos, en el contexto de una sociedad heterogénea (Cohen, 1980, p. 179). Si es que al doctor Trejo se le debe considerar como el profesor universitario precursor que procuró impartir cursos sobre la cuestión étnica desde el plano de la disciplina que denota práctica bibliotecaria. La intención: asistir eficazmente a esas minorías sociales concentradas en esa región de los Estados Unidos.
Entre los graduados del GLISSA cabe mencionar a varios bibliotecarios latinos (mujeres y hombres) que han sido o son líderes en el medio de la práctica bibliotecaria, como Martín Gómez (director ejecutivo del Urban Libraries Council y director de la Los Angeles Public Library), Luis Herrera (director de la San Francisco Public Library), Salvador Güereña (director de los California Ethnic and Multicultural Archives), Elizabeth Rodríguez Miller (con diferentes cargos en la Tucson Public Library), José Aponte (director de la Oceanside Public Library, y
director del Pikes Peak Library District); entre otros, como Margo Gutiérrez, Rolando Romo y Amanda Castillo (Ayala, 2012, p. 159; Espinal, 2003, p. 21). Esa relevante labor educativa, impulsada por Arnulfo Trejo, proyectó, a partir de la década de los setenta del siglo XX, una nueva dimensión multicultural de la biblioteconomía en los Estados Unidos. En ese escenario, se afirma: “El programa GLISA produjo la mayoría de los bibliotecarios que atienden a la población hispana en El Paso, y muchos están afiliados a la Biblioteca Pública de El Paso o al Colegio Comunitario de El Paso” (Jones, 2004, p. 105).
Fuente: Bob's World
La percepción bibliotecaria-educativa de Arnulfo Trejo, en el plano latino-chicano, se comprende mejor cuando escribió:
Para que las bibliotecas cumplan con su compromiso con la sociedad, los bibliotecarios deben tener la formación necesaria para que conozcan a sus usuarios y sean receptivos a ellos.
Para que los cursos sobre fuentes de información para chicanos sean efectivos, idealmente deberían estar diseñados para ser impartidos por instructores chicanos bilingües/biculturales que conozcan las complejidades de brindar servicios bibliotecarios a este grupo y se dediquen a capacitar a bibliotecarios que sean sensibles a las necesidades de sus usuarios.
Para que los chicanos estén mejor representados como bibliotecarios y profesores en la escuela de bibliotecarios, la bibliotecología como carrera se debe introducir anticipadamente en la vida del estudiante. Las imágenes negativas que han caracterizado a los bibliotecarios deben ser reemplazadas por imágenes positivas. La biblioteconomía debe ser atractiva para los chicanos (Trejo, 1977, p. 150-151).
Su visión social se percibe cuando consideró, en primera instancia, que las bibliotecas son instituciones que tiene un insoslayable “compromiso con la sociedad”. Cumplir este cometido exigía tener personal con formación en biblioteconomía, adherida a un explícito sentido étnico. Como se ha venido dando a entender, el trabajo docente del doctor Arnulfo Trejo, con perspectiva multicultural, salta a la vista al percibir la necesidad de formar personal bibliotecario que respondiese al reto que implicaba la existente diversidad cultural, característica esencial de las comunidades hispanas/latinas/chicanas, a tal punto que la biblioteconomía en general y la biblioteconomía hispana, latina y chicana en particular, tenía que ser una profesión atrayente y así hacer de lado aquellos estereotipos negativos en relación con la figura de quienes debían hacer funcionar las bibliotecas con espíritu intercultural (bilingüe/bicultural). Poniendo así el acento en las relaciones entre las diversas culturas, identidades e historias, con la finalidad de fomentar el aprendizaje mutuo, estimular la cooperación entre individuos y comunidades, y propiciar el intercambio de ideas.
El hecho que la educación bibliotecaria tuviese una matriz tradicional, como todo plan de estudios en el nivel universitario, no significaba que las asignaturas habituales no contemplaran asuntos sociales, esto es, temas en torno a la compleja composición étnica de las comunidades. Por ejemplo, el conocimiento sobre administración de bibliotecas y desarrollo de colecciones, según su percepción, debía impartirse con base en los problemas que implicaban entonces las diferentes necesidades de las diversas minorías, escasamente satisfechas a través de la industria y el mercado editorial. Al respeto apuntó:
Casi cualquier curso de biblioteca podría incluir al menos información básica relacionada con la gente de la región. Por ejemplo, un curso de administración podría abordar las características especiales de las bibliotecas de barrio. Cualquiera que sea la razón del pasado descuido de las necesidades de las minorías étnicas, el hecho es que los estudiantes necesitan ser entrenados en las complejidades de localizar, seleccionar y adquirir materiales étnicos. Esto se puede ilustrar con los materiales de las bibliotecas chicanas, que a menudo no se incluyen en las fuentes comerciales de información estándar de libros estadounidenses. Estas fuentes también generalmente omiten a los fabricantes, editores y vendedores de materiales útiles para las bibliotecas que sirven a los chicanos (Trejo, 1977, p. 150).
Si es que la enseñanza en relación con la selección y adquisición de libros, asunto inherente a lo que hoy se conoce como el desarrollo de colecciones en las escuelas de bibliotecología/biblioteconomía, tenía que realizarse con base en criterios étnico-raciales, es decir, de inclusión social. La formación de personal bibliotecario, con perfil preferentemente bicultural/bilingüe, tenía que procurar conocer los catálogos de venta de libros que incluyesen títulos dirigidos a usuarios pertenecientes a una compleja diversidad cultural, característica social evidente del mundo hispano/latino/chicano. La discriminación de obras étnicas en las fuentes
comerciales de referencia estadounidenses, para seleccionar y adquirir nuevos materiales, tenía que superarse tanto para desarrollar colecciones y así ayudar a forjar la integración de las minorías sociales como para garantizar la democratización del acceso al conocimiento entre esas comunidades. Si es que las bibliotecas que pretendiesen servir a comunidades chicanas debían transformarse en espacios para evitar el desarraigo cultural o la pérdida de identidad de esas minorías étnicas. De tal modo que aquellas bibliotecas tenían que dejar ser núcleos de inequidad y de posturas asimiladoras; su personal debía rebasar la discriminación y exclusión por factores de raza y etnicidad. Por el contrario, sus colecciones y servicios debían estar basados en los principios de interculturalidad y bilingüismo. Este fue el marco social que nos legó el espíritu docente de Arnulfo Trejo, el cual puede ser válido para el contexto actual de México en particular y de América Latina en general. Qué mejor manera de conocer el papel que desempeñó Trejo como docente del GLISA y del influjo que este instituto alcanzó, sino a través de un testimonio que escribió alguien quien fuera su alumno. Así, con motivo del fallecimiento en julio de 2002 de su maestro, leamos las sensibles palabras de Luis Herrera, entonces director de la Pasadena Public Library:
Desde el momento en que le conocí, como uno de los primeros quince Glisistas en 1975, adoptó los ideales de servicio a la comunidad, compromiso con la excelencia y dedicación a altos estándares profesionales. Estos ideales dieron forma no solo a mi vida profesional sino también a mi vida personal. Las habilidades que aprendí en GLISA me han sido de gran beneficio a lo largo de mi carrera como bibliotecario escolar, educador, bibliotecario público y director de biblioteca. Como modelo a seguir y mentor, me enseñó que la bibliotecología no es solo una profesión o una carrera, sino una vocación, y con esa vocación viene la obligación de servir y servir bien.
Gracias por ayudarme a inculcarme un sentido de confianza, orgullo y dignidad y por enseñarme la importancia de la familia y las amistades. Con su estilo de liderazgo imponente y su visión perspicaz, usted fue un
ejemplo maravilloso para mí. Usted me inspiró a tener éxito en mi papel como servidor público y a aceptar el desafío del liderazgo (Herrera, 2002).
Por la misma motivación, Maurice J. Fredman, entonces presidente de la ALA (2002-2003), aseveró en relación con nuestro personaje: “Toda la profesión continúa beneficiándose de su trabajo por establecer GLISA en Arizona, que fue el manantial para tantos bibliotecarios latinos en posiciones de liderazgo en la actualidad” (Fredman, 2002). Ciertamente, dado el tiempo transcurrido algunos de ellos ya se han jubilado, como son los casos de Luis Herrera y Salvador Güereña. Herrera, bibliotecario durante más de cuarenta años y que en último tramo de su carrera profesional se desempeñara como director de la Biblioteca Pública de San Francisco y de sus 27 bibliotecas sucursales de la ciudad, se jubiló en 2018; Güereña, quien fuera director de los Archivo Étnicos y Multiculturales de la Biblioteca de la Universidad de California durante 33 años, se jubiló en la primavera del 2020. El legado de Herrera y Güereña, en el marco de la literatura bibliotecológica multicultural, también es relevante y pertinente. No cabe duda que por los logros que alcanzaron varios de sus discípulos egresados del GLISA, para el doctor Arnulfo Trejo esto debió ser motivo de gran orgullo y satisfacción profesional.
Cabe mencionar que en 1984 se publicó el libro Festschrift in honor of Dr. Arnulfo D. Trejo, bajo la estampa editorial de la Graduate Library School de la Universidad de Arizona. Como se sabe, la palabra
«Festschrift» en el mundo de la academia se refiere a un libro en honor de un académico respetado. Este Festschrift contiene escritos originales
de exalumnos cercanos al doctor Trejo. Se publicó con motivo de su retiro como docente de su alma mater. Así, en la dedicatoria de este libro se distingue el reconocimiento del que fue objeto con esa publicación:
Detrás de cualquier proyecto exitoso suele haber alguna persona que, con visión y energía, ha despertado el entusiasmo necesario para que concluya con éxito. La publicación de estos artículos no ha sido una excepción. Si bien muchas personas contribuyeron a la producción exitosa de esta colección, fue el Dr. Arnulfo Trejo quien brindó la inspiración para el proyecto y luego creó la oportunidad para que este grupo de estudiantes intentara publicar. Esta forma de brindar inspiración y crear oportunidades no es nuevo para el Dr. Trejo. Durante muchos años ha entregado una parte de su propio amor por la biblioteconomía a los cientos de alumnos que han tenido el privilegio de su enseñanza. Ha transmitido su amor por las bibliotecas a muchos de nosotros y, con él, su deseo de hacer que la profesión sea más fuerte y responda mejor a las necesidades humanas. Ahora, cierra una larga carrera docente para asumir otros retos. Estos también los conquistará con su entusiasmo indomable. Estamos agradecidos por nuestra oportunidad de trabajar bajo la dirección de este hombre amable y servicial, y nos gustaría dedicarle este trabajo. Esperamos que en estos ensayos mantengamos una pequeña parte de su brillante entrega (Grippo; Hoff; Wiede, 1984, s/ p).
Esta nota, dedicada a quien es considerado el «padre de la biblioteconomía latina» en los Estados Unidos, denota la esencia de su huella académica que dejó en la Graduate Library School de la Universidad de Arizona. Evidencia el firme carácter de comenzar y concluir importantes proyectos para estimular a sus estudiantes en la elaboración de escritos con el objetivo de publicarlos. Expresa su apego por la biblioteconomía y su afecto por transmitirla a través de su quehacer docente. Infiere su afecto por las instituciones bibliotecarias como entidades responsables para satisfacer las necesidades sociales de la humanidad en general y de las minorías sociales en particular. En general, esa dedicatoria esboza el agradecimiento a la personalidad de un académico que ha dejado perenne huella en la enseñanza de dicha disciplina en ese país.
En efecto, la percepción y el vigor docente de Arnulfo Trejo debió ser motivo para avivar el empeño de estudio e investigación entre sus discípulos. Muestra es el conjunto de escritos que conformaron esa obra para celebrar al profesor universitario, para homenajear al maestro y, de paso, para despedirlo de las aulas con especial gratitud y con singular reconocimiento.
Fuente: foto del autor
Ese libro fue en sí el producto del esfuerzo de investigación de un grupo de estudiantes que cursaron la materia “Fundamentos del servicio bibliotecario y ciencia de la información”, dentro del programa de Maestría en la Graduate Library School de la Universidad de Arizona en Tucson. El objetivo de ese curso era “proporcionar una amplia introducción a los campos de la bibliotecología y la ciencia de la información, incluidos los fundamentos históricos, las variedades del trabajo bibliotecario, la identificación del papel de la biblioteca en la sociedad y los desarrollos bibliotecarios actuales” (Trejo, 1984, p. 3). Trabajo académico en grupo que el doctor Trejo puso especial empeño para lograr ver publicados veintiocho escritos de sus estudiantes. Colaboraciones estructuradas bajo seis grandes rubros: bibliotecas y servicio de información; bibliotecas
públicas, bibliotecas especiales; bibliotecas escolares, grupos especiales y tópicos especiales. Empero, como expresó él en el prefacio del libro:
Este trabajo no estaría completo sin unas palabras de agradecimiento y reconocimiento. No solo estoy agradecido con los estudiantes por sus esfuerzos, sino también por su amabilidad. Ciertamente no esperaba el honor que me han otorgado con este trabajo. Al poner fin a mi carrera docente a fines de este año, siempre atesoraré esta publicación tan especial, ya que representa visiones y aspiraciones, así como el producto de las mentes jóvenes que ingresan a una profesión que abarca todo el ser humano. cualidades que pueden enriquecer la vida de los jóvenes y los viejos y los que están en el medio. La biblioteconomía no tiene fronteras. Puede extenderse hasta los límites de nuestra imaginación. Pero debe enfatizarse que la biblioteconomía no es para todos. Como una profesión de servicio única, se limita a aquellos individuos fuertes de corazón y cuerpo que están dispuestos a compartir conocimientos y creados en materiales impresos y no impresos (Trejo, 1984, p. 5-6).
Entre los escritos de ese Festschrift que mejor reflejan los temas en que se ocupó el profesor Arnulfo Trejo son los referentes a “Special groups”. Los títulos de los artículos son elocuentes en este sentido: “Selección and acquisition of Spanish-languages materials”, de Thomas
M. García; “Library services for Hispanics: services and programs”, de Sofía Nuñez; “Catalogiung of Spanich language books”, de Antonio Rodarte; “Library services for hispanic children of the Southwest”, de Bertha Martín; “Library services to Navajo indians off the reservation in three New Mexico libraries”, de Vanessa Orbesen; “Libary services for the hearing-impaired adult”, de Mary Mohr; “Public library services for hearing- impaired and deaf children”, de Mary Beth Burgoyne; y “Library services for women: women’s studies”, de Nancy Douglas-Payne. Como podemos observar, destacan los asuntos sobre servicios de biblioteca dirigidos a comunidades vulnerables. En concordancia con la naturaleza de esos escritos, se aprecia el influjo del trabajo docente que debió tener nuestro
profesor universitario en las diferentes generaciones de estudiantes que formó.
El 4 de septiembre de 1992 en Tucsson, Arizona, creó con familiares suyos (su hermana Luisa Duenes Trejo y su difunta esposa, Annette Foster Trejo) la Trejo Foster Foundation for Hispanic Library Education (Fundación Trejo Foster para la Educación Bibliotecaria Hispana). Esa Fundación ha contribuido a patrocinar programas de educación bibliotecaria para atender las necesidades que tienen las comunidades hispanas/latinas/chicanas.
Fuente: Internet Archive Wayback Machine
Se sabe que la Fundación Trejo Foster funciona como una especie de ‘centro de estudios’ sobre temas relacionados con los servicios bibliotecarios y de información para personas de origen hispano en los Estados Unidos. En efecto, la principal tendencia de esta organización es aumentar la calidad y cantidad de esos servicios dirigidos a poblaciones hispanas/latinas en ese país. Asimismo, patrocina eventos como
seminarios, talleres y otras actividades para promover y mejorar asuntos sobre educación bibliotecaria a favor de la gente hispana (McCOOK, 2000, p. 10). Al respecto, se afirma que:
Una de las acciones concretas [en] relación [con] la generación de conocimientos y análisis de mejores prácticas respecto del uso y propósitos de la bibliotecología en grupos migrantes, es el patrocinio de institutos educativos bianuales en donde se reúnen líderes, profesionales y estudiantes en los campos de las bibliotecas y de la información en general para debatir y abogar por temas, políticas y prácticas que afectan a las comunidades e individuos de origen hispano/latino (Tarango; Murgía; Baca; Romo, 2014, p. 12).
Hasta el año 2000 esa fundación había auspiciado los siguientes “institutos” o foros nacionales, presididos por el doctor Arnulfo Trejo: Status of Hispanic Library and Information Services: A National Institute for Educational Change, 20-31 de julio de 1993; Latino populations and the Public Library, 12-15 de noviembre de 1995; Hispanic Leadership in Libraries, 8-10 de agosto de 1997; Library Services to Youth of Hispanic Heritage, March 12-14 de marzo de 1999; y Bridging borders: Building Hispanic Library Education in a Global perspective, julio 20-21 de 2001 (Güereña; Erazo, 2000, p. 161; Jones, 2004, p. 160; Trejo, 2007-2008, p. 14). Esos eventos especiales, realizados en varias escuelas de bibliotecología y estudios de la información en ese país, han contribuido a continuar el diálogo para tratar la problemática que entraña “la disparidad en materia de servicio de biblioteca para latinos y buscar soluciones viables a los problemas que la generan”, así que: “Cada instituto ha explorado un tema diferente sobre la educación bibliotecaria hispana proporcionando un foro para bibliotecarios y educadores de todo el país” (Güereña; Erazo, 2000, p. 161). Uno de los productos que cabe destacar es el libro del foro realizado en marzo de 1999, en donde Arnulfo
Trejo publicó su escrito: “REFORMITA: a gang for the new millennium” (2000, p. 187-189). Las actas de esta conferencia, editadas por Barbara Immroth and Kathleen McCook, las publicó la editorial McFarland en 2000.
Fuente: Jefferson, North Carolina: McFarland, 2000.
Esa fundación, afiliada a la American Library Association y a REFORMA, la Asociación Nacional para promover los servicios de biblioteca e información para latinos e hispanohablantes, no ha cesado su labor. Para celebrar su legado y honrar la memoria de don Arnulfo Trejo, después de su fallecimiento acaecido el 5 de julio de 2002, la fundación ha realizado otros “institutos”. Así, entre los días 15-17 de agosto de 2003 se llevó a cabo Memoria, Voz y Patrimonio: The Sixth Institute of the Trejo Foster Foundation for Hispanic Library Education, The first conference on Latino/Hispanic Film, Print and Sound Archives (Trejo, 2007-2008, p. 14). El tributo al doctor Arnulfo Trejo fue lo más destacado en ese evento. En general, la conferencia Memoria, Voz y Patrimonio ofreció un amplio panorama sobre las colecciones de archivos, propiciando una discusión nacional en torno al mantenimiento de la memoria hispana/latina y explicando teorías archivísticas emergentes con el fin de sugerir el
desarrollo de diferentes modelos de archivos hispanos con fuentes primarias. Lo esencial fue compartir diferentes experiencias, logros y legados en relación con la documentación y el uso de materiales del patrimonio hispano/latino/chicano. La intención esencial fue garantizar la acción de documentar el pasado cultural y proteger los derechos de acceso a la memoria colectiva de esas minorías sociales (Chu, 2009).
Asimismo, el 12-14 julio de 2007 la fundación realizó el VII Institute
«Salud Se Puede» para crear conciencia en torno al conocimiento y uso de los recursos de información, concernientes a los problemas de salud (cáncer, diabetes, obesidad, salud materna) de las comunidades hispanas y latinas. Las sesiones plenarias incluyeron conferencias, paneles de discusión y exposiciones con la mira de mejorar estrategias y prácticas en bibliotecas y centros de información. El objetivo fue brindar a los bibliotecarios, especialistas en información de salud y profesionales de atención médica los conocimientos referentes a mejorar los servicios de salud para esas comunidades hispanas. Así, se presentó una variada gama de expertos regionales y nacionales en materia de servicios de información en el área de la salud, logrando ofrecer a los asistentes la oportunidad de ampliar y profundizar asuntos concretos de especial interés para así vincular el quehacer de los bibliotecarios, médicos y pacientes (Fulton, 2007-2008). Más tarde, se llevaría a cabo el 5-6 de noviembre de 2010 el VIII Instituto bajo el tema “Involucrar y servir a las comunidades hispanas / latinas y de habla hispana: mejores prácticas, desafíos y estrategias”. La sede fue la Escuela de Graduados en Bibliotecología y Ciencias de la Información del Simmons College, Boston, Massachusetts, y co-patrocinado por Simmons College, University of Rhode Island, Southern Connecticut State University, Massachusetts
Board of Library Commissioners, New England Library Association y
REFORMA National and Northeast Chapter.
El 5 y 6 de octubre de 2012 la Fundación Foster Trejo realizó por primera vez en México un evento, el IX Instituto “Education and Library Services: Connecting Frontiers”, con el apoyo de la Universidad Autónoma de Chihuahua. El objetivo de esta conferencia fue identificar estrategias y propuestas para mejorar los servicios bibliotecarios y de información para latinos que viven en los Estados Unidos y Canadá. Ninfa
A. Trejo, como presidenta de esa fundación, en sus palabras de bienvenida dijo:
Estos institutos son el fruto del trabajo y la vida del Dr. Arnulfo Trejo […]. Por lo tanto, este instituto es muy significativo para mí y estoy segura que el Dr. Arnulfo Trejo, en el décimo aniversario de su partida, estaría sumamente orgulloso de esta conversación profesional que por estos dos días nos enriquecerá, ya que compartiremos ideas y acciones que nos acerquen más eficientemente a cumplir con nuestro cometido, el cual tiene un papel muy importante en la educación y superación de nuestros congéneres en los diferentes ámbitos y estratos sociales. (Tarango; Murgía; Baca; Romo, 2014, p. 9-10).
Los ejes temáticos del IX Institute fueron cinco: 1] grupos vulnerables e inclusión social, 2] servicios bibliotecarios para migrantes, 3] usuarios y alfabetización informacional, 4] bibliotecas, educación e investigación y 5] tecnologías de la información y bibliotecas. Los escritos presentados en ese evento académico se publicaron en el libro Educación y servicios bibliotecarios: conectando fronteras, a cargo de la editorial argentina Alfagrama Ediciones (Tarango; Murgía; Baca; Romo, 2014). En algunos de esos trabajos se hace alusión al espíritu de inclusión social que caracterizó la labor profesional de Arnulfo Trejo. Así, los temas relacionados con el ideario de nuestro personaje giraron en torno al funcionamiento de las bibliotecas para poblaciones vulnerables, es decir,
servicios bibliotecarios y de información implementados para comunidades migrantes; para aquellas minorías propensas a desplazarse hacia los Estados Unidos en búsqueda de una mejor calidad de vida; para grupos sociales con altos índices de marginación y rezago cultural. Aunque cabe decir, no todos los trabajos presentados en ese foro acogieron la esencia multicultural ni los asuntos de la migración, la discriminación y el racismo que tanto preocuparon a Trejo en el contexto de la gestión bibliotecaria para comunidades hispanas/latinas/chicanas. Algunos de esos escritos no superaron el discurso típico, es decir, la perspectiva tradicional de la práctica bibliotecaria. Esencia de la educación bibliotecológica conservadora que varias generaciones de estudiantes de las escuelas mexicanas han venido recibiendo con especial énfasis.
Fuente: Buenos Aires: Alfagrama Ediciones, 2014.
La Trejo Foster Foundation for Hispanic Library Education a lo largo de los años se ha distinguido por seguir la condición de líder que caracterizó al doctor Arnulfo Trejo. De tal suerte que se ha moldeado
como una corporación con un especial potencial para impulsar actividades educativas con miras a favorecer a personas y grupos provenientes de comunidades con determinadas peculiaridades étnicas, incorporando así más perspectivas de enseñanza en materia de comunidades hispanas/latinas/chicanas. De tal manera que la idea central de esta organización es formar personal bibliotecario bicultural, con la capacidad de gestionar servicios bibliotecarios y de información dirigidos a individuos y grupos de hispanos/latinos que radican en los Estados Unidos. Una clara valoración de esta organización se entiende mejor cuando se afirma:
Basándose en el liderazgo visionario del Dr. Arnulfo D. Trejo, la Fundación Trejo Foster ha logrado un reconocimiento como fuerza significativa en la promoción y apoyo a la educación e información a través de las bibliotecas como entes capaces de proporcionar servicios de calidad a comunidades hispano/latinas radicadas en los Estados Unidos. Tal influencia ha mostrado grandes transcendencias, al grado de lograr que los programas de posgrado en Bibliotecología y Ciencias de la Información en este país mantengan una matrícula proporcional de población inscrita de origen hispano/latino en una representación adecuada [en] relación [con el] resto de los grupos minoritarios que se atienden (Tarango; Murgía-Jáquez; Ascenciso-Baca, 2014, p. 11).
Además de la inserción en el reclutamiento de estudiantes para cursar estudios de posgrado en la disciplina bibliotecológica y de las ciencias de la información, la Fundación Trejo Foster influye en aspectos de retención de estudiantes hispanos y en la definición de los contenidos temáticos que benefician a estas poblaciones de forma transversal en los contenidos incluidos en los planes de estudio. Todo esto ha repercutido en su reconocimiento como una organización líder en la determinación de un cambio positivo en la arena de la política pública relacionada con los servicios de información a la comunidad hispano/latina de habla española Tarango; Murgía-Jáquez; Ascenciso- Baca, 2014, p. 11-12).
Cabe mencionar que el profesor universitario Arnulfo Trejo fue el presidente de la fundación hasta su muerte, acaecida en 2002. En honor a su memoria, esta organización continúa activa. Sigue generando conciencia y compromiso entre el gremio bibliotecario estadounidense
sobre la importancia de crear, desarrollar y consolidar servicios de biblioteca para minorías étnicas y continúa con la misión de formar nuevas generaciones de personal bibliotecario de origen hispano/latino para continuar empeñándose en seguir forjando el valor de la inclusión social inherente a las minorías sociales hispanas, latinas y chicanas que pueblan la Unión Americana.
Los estudios universitarios que cursó Arnulfo Trejo, tanto en México como en los Estados Unidos, fueron esenciales para el desarrollo de su vida profesional. Como se ha expuesto, uno de sus principales anhelos fue el mejorar la educación bibliotecaria en nuestro país, en tiempos cuando aún no se había fundado el Colegio de Biblioteconomía y Archivonomía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Su aprecio por este tipo de educación en México se fundamentó porque la práctica bibliotecaria mexicana estaba muy lejos de tener un carácter vanguardista; porque hasta entonces esa práctica se había mantenido muy separada de poder potenciar la vida democrática del país. Así que, en ese tiempo el profesor Trejo percibió la necesidad de modernizar la enseñanza de quienes debían hacer funcionar profesionalmente las instituciones bibliotecarias. Trató, por lo tanto, de encaminar en México la idea de una biblioteconomía innovadora y reformadora. Ímpetu que fue labrando con mayor énfasis más allá de nuestras fronteras, logrando éxitos relevantes y perdurables.
La vida y obra del bibliotecario mexicoamericano Arnulfo Trejo muestra, como profesor universitario, el tesón para lograr formar bibliotecarios profesionales en México y en los Estados Unidos. La idea
de superar el déficit de este tipo de personal la fue forjando a través del conocimiento teórico y práctico que adquirió en las universidades en las que estudió y trabajó. Idea que paulatinamente fue evolucionado para favorecer a las diversas minorías sociales, a los diferentes grupos de migrantes que dejaban atrás su contexto cultural para lograr un mejor futuro en un país totalmente distinto. Grupos socialmente vulnerables.
Asimismo, el doctor Arnulfo Trejo procuró, en los planes de estudio que formuló, incluir asignaturas que permitieran superar el nivel tradicional y el perfil habitual en este tipo de educación. Así, desde el programa de estudios que sugirió en su tesis de maestría en bibliotecología se esforzó por introducir materias que cubrieran un integral espectro social. Más tarde, en su papel de profesor universitario en los Estados Unidos se empeñó por incluir asignaturas que en ningún otro plan universitario de estudios sobre esta disciplina en ese país se habían impartido. Enseñanza que tenía que ver con la formación de personal bibliotecario, diestro en servir a poblaciones consideradas como minorías sociales; es decir, docencia para formar esta naturaleza de personal avezado con el objetivo de acercar los libros y las fuentes de referencia a diversas comunidades hispanas/latinas/chicanas.
El tacto que tuvo para crear el Graduate Library Institute for Spanish-Speaking Americans (GLISA), con el objetivo de formar personal bibliotecario y con el afán de servir a la creciente comunidad de habla hispana en los Estados Unidos, es otro de sus relevantes logros reconocidos, pues durante su funcionamiento más de cincuenta estudiantes obtuvieron el grado de maestría en bibliotecología y ciencia de la información, lo que aumentó la cantidad de bibliotecarios bilingües/biculturales, y quienes se han desarrollado con sobresalientes trayectorias profesionales e importantes actos de activismo en el plano de
Los logros del profesor emérito Arnulfo Trejo son considerados muy relevantes por su tenacidad, empeño, firmeza y durabilidad. El objetivo que se fijó de formar y capacitar a bibliotecarios bilingües/biculturales, para servir a la creciente comunidad hispanohablante en los Estados Unidos, lo cumplió exitosamente. Aún después de su deceso, se sabe que en su nombre continúan patrocinándose programas de educación bibliotecaria para atender las necesidades que tienen las comunidades hispanas/latinas/chicanas en la Unión Americana.
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